La historia de Ron Montero comienza en 1963, cuando el próspero pasado azucarero de Motril y toda su industria iba camino a desaparecer. Un motrileño funda una bodega de ron, que casi cincuenta años después es un icono granadino. Francisco Montero Martín creció entre cañas de azúcar, melazas y destilerías. A los siete años se encuentra haciendo su primera cata olfativa y desde joven se obsesionó con el deseo por elaborar un "ron perfecto. La bodega del "tío Paco" es donde el fundador desarrolla un refinado gusto por los licores de calidad y elabora su supuesta "formula secreta".
Ron Montero elabora sus rones con los mejores aguardientes y destilados de la Azucarera Montero, propiedad de la familia y única destilería de España para uso de boca. Un estricto proceso de destilación al vacío asegura la calidad de los alcoholes que conservan el sabor puro de caña. Las barricas vírgenes de roble americano, el sistema tradicional de soleras y criaderas y el respeto absoluto por los tiempos de crianza hacen el resto.
Hoy, casi medio siglo después, Ron Montero se ha convertido en el genuino ron español. En cada trago se aprecian las huellas indelebles del entorno andaluz, las costumbres y el carácter que marcan a fuego mil años de historia motrileña.
Ron Pálido Montero:
Color ambarino, brillante y muy limpio. Aroma fino y delicado, alcohol bien integrado. Ligeros recuerdos de caña con notas tostadas. El encuentro es sabroso, ligeros matices melosos con un suave paso de boca. Final de media intensidad.
Recomendado para tomarlo en copa con una piedra de hielo o en combinación trago largo.
Ron Montero Gran Reserva:
Ambarino dorado, brillante y luminoso. Aromas de buena intensidad, ligeros recuerdos tostados, frutos secos y fruta escarchada sobre un fondo meloso. Boca potente a la vez que suave y delicada. Untuoso y expresivo.
Predomina su crianza. Notas de caña con un final largo. Recomendado en copa solo o con una piedra de hielo o en combinación.
Ron Francisco Montero 50º Aniversario:
De edición limitada y numerada de 7.000 botellas al año.
Color ambarino dorado, brillante. Aroma de buena intensidad con recuerdos de fruta exótica escarchada, especias dulces, nuez, avellana y ligeros ahumados. Encuentro lleno de matices, suave aterciopelado, amplio, equilibrado, con un buen balance gustativo y un final fino y delicado.
Recomendado tomarlo en copa solo o con una piedra de hielo.